Una persona con un trastorno adaptativo es alguien que no se adaptó tan bien como las personas promedio a uno a o mas situaciones desencadenantes de estrés que se presentaron en los 3 meses anteriores.
Estos pueden comprender una transición del desarrollo (matrimonio, divorcio, nacimiento de un hijo o la menopausia), ser situacionales (cambio de escuela, cambio de trabajo o sufrir rechazo social) o se puede tratar de desencadenantes múltiples de estrés que se acumularon en poco tiempo.
La mayor parte de las veces las reacciones desadaptadas de una persona ante estos desencadenantes del estrés tienden a eliminarse cuando estas circunstancias estresantes desaparecen o la persona aprende a vivir en las nuevas situaciones.
La depresión, ansiedad, trastornos de conducta, patrones de sueño interrumpido, deterioro del desempeño en el trabajo o el retraimiento social, son conductas típicas de los individuos que tienen trastornos adaptativos. La severidad de éstos no es proporcional a la severidad del desencadenante del estrés, ya que las características de la personalidad y la existencia de una red de apoyo social son factores moduladores.
Se puede esperar un regreso al funcionamiento previo al desencadenante del estrés dentro de un período de 6 meses tras el suceso, y la posibilidad de una recuperación completa es buena cuando el nivel de estrés baja.
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